domingo, 4 de mayo de 2008

Fritzl


( Imagen Magritte )



Que la realidad puede superar a la ficción nos lo demuestra el terrible caso del austríaco Fritzl .
Pienso yo, que seremos más de uno los que nos hacemos las mismas preguntas.
La primera : este ser ( porque persona no parece ) es un desiquilibrado mental y en ese caso nunca, nadie, lo notó. En caso de no serlo ¿ puede la maldad alcanzar tales extremos?
Segunda pregunta: En un cuarto de siglo no cometió ni el más mínimo fallo que pudiese levantar sospechas ?. En su entorno familiar , amigos , vecinos , conocidos, etc nadie observó algo, algún detalle extraño?
Tercera : ¿ Es tan fácil llevar hasta el sótano todo lo que varias personas necesitan para sobrevivir, comprarlo , eliminar residuos, ropa, medicamentos ... ?
Su esposa ¿ nunca sintió la necesidad de conocer lo que su marido hacía allí abajo? ver las famosas máquinas. Además ¿ qué tipo de relación sostenían?
Ni aún encerrando al monstruo en ese sótano lo que de vida le quede, podría redimir sus faltas. Sólo para que se pudriese en él, me encantaría que existiese el infierno y el tal Fritzl ardiese eternamente.

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