
Pobre, muy pobre, me pareció la entrevista que, en el programa de TV "La Noria", le hicieron al otrora poderoso Mario Conde. A un personaje deste calibre, que no pone, según manifestó el presentador, traba alguna para ser preguntado sobre cualquier tema , había que sacarle más partido.
No fue su evidente cambio físico lo que yo destacaría sino algunas de sus manifestaciones: Reiteró que la intervención de Banesto había sido por razones políticas, pero curiosamente al mostrarle la foto de Felipe González no tuvo ningún tipo de reacción. Que los Albertos, antes amigos, eludan pasar por la cárcel , lo celebra y justifica con lo que " llevan sufrido" . A su fallecida esposa, nunca le fue "sustancialmente" infiel... En fin mucha ambigüedad, resignación y cierto victimismo , sustituyeron a la antigua arrogancia y prepotencia, pero como la imagen que ofrecía era la de un hombre abatido y afligido, sobre todo cuando se refería a su esposa, me inspiró cierta pena.




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